Cómo protegernos del cáncer de piel
El autoexamen periódico y el control de factores ambientales como la exposición solar, contribuyen notablemente a reducir la incidencia de esta enfermedad.

El autoexamen periódico y el control de factores ambientales como la exposición solar, contribuyen notablemente a reducir la incidencia de esta enfermedad.

Cuando se habla de cáncer, la palabra clave es prevención. El 80 % de los cánceres de piel, no melanoma, se deben a una exposición solar inadecuada. De ahí que el uso adecuado y riguroso de los protectores solares sea vital para reducir el número de casos.

Según explica la dermatóloga y vocera de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV) Nilsa Mancín, el cáncer de piel es el más frecuente en el mundo entero, y entre ellos, el cáncer no melanoma es el que reporta mayor incidencia.

No obstante, hay que tener en cuenta que, aunque el melanoma representa aproximadamente el 4 % de los casos, es el responsable del 90% de las muertes por esta enfermedad, seguido por el carcinoma espinocelular.

“La radiación solar produce daño a nivel del ADN que, si no son reparadas a tiempo, se produce la transformación maligna. El cáncer de piel en general es más frecuente en personas mayores de 50 años, y en la piel blanca, específicamente, en áreas expuestas al sol como son cara, cuero cabelludo, cuello, sector V del cuello, orejas y miembros superiores”, aseveró.

80% de los cánceres de piel no melanoma se deben a una exposición solar inadecuada.

Mancín sostiene que los carcinomas basocelulares y los melanomas están asociados fuertemente a exposiciones solares tempranas en la vida, intensas e intermitentes, donde la radiación ultravioleta B es la de mayor importancia.

En el caso de los carcinomas espino celulares y las queratosis actínicas, – precisa la especialista – éstas son consideradas como lesiones premalignas, y están asociadas a exposiciones tempranas continuas, es decir, a la dosis acumulada de radiación durante toda la vida. En este caso cobra importancia la radiación ultravioleta A y B.

“Tomando en cuenta lo anterior, podemos decir que los carcinomas basocelulares y melanomas se vinculan con exposiciones a la radiación solar en actividades recreativas, fines de semana, paseos a la montaña, a la playa, deportes y hobbies. Mientras que las queratosis actínicas y el carcinoma espinocelular se relacionan, en mayor medida, con exposiciones durante el desempeño laboral, como agricultores, constructores, vendedores ambulantes, taxistas, etc.”.

Un cáncer en área visible que podemos detectar con nuestros ojos

Para la dermatóloga, la localización de este cáncer en un área visible a nuestros ojos, nos debe motivar a autoexaminarnos frecuentemente y a tener mayor conocimiento acerca de esta enfermedad.

De ahí que recomiende un autoexamen detallado de nuestra piel con la ayuda de dos espejos una vez cada 15 días. Observar detenidamente toda nuestra piel y acudir al dermatólogo ante la presencia de cualquiera de estos signos:

  1. Aparición de una lesión elevada roja, escamosa, descamativa, verrugosa o costrosa que no se quita en el transcurso de uno o dos meses, pero que tampoco molesta ni tiene síntomas.
  2. Cambios en el aspecto físico de un lunar preexistente en su superficie, en su tamaño o en la coloración. Un lunar que tenga un color heterogéneo, varios colores, que tenga bordes irregulares, que tenga más de 5 mm de diámetro y que presente cambios dinámicos en su comportamiento, que se haga más elevado o que tenga cambios en el color debe alertarnos para acudir al dermatólogo.
  3. La aparición de un nuevo lunar que se comporte diferente a los demás.
  4. Líneas pigmentadas en las uñas, debajo de las uñas o en las mucosas, manchas oscuras.
  5. Pecas que cambian de color.
  6. Lesiones nuevas en cuero cabelludo o cambios en el comportamiento de las que tenemos.

“Es importante recordar que cualquier tipo de lunar que tengamos de nacimiento puede sufrir una transformación maligna y transformarse en melanoma, sin embargo, la mayor parte de los melanomas aparecen como lesiones nuevas”, advirtió Mancín.

Otras formas de diagnosticarlo

Además de la evaluación visual, está la dermatoscopia, una técnica no invasiva que ha mejorado sustancialmente la sensibilidad para el diagnóstico de melanoma y otros cánceres de piel.

“En caso de una fuerte sospecha se recurre a la biopsia, una técnica sencilla, pero invasiva, que va a definir al final la conducta y aclara el diagnóstico. Un diagnóstico precoz de melanoma permite una curación en más del 90 % de los casos”, afirmó.

Cómo evitar el cáncer de piel

La vocera de la SAV enfatizó en que los factores ambientales como el sol son responsables de la mayor parte de los casos y sobre estos factores podemos actuar reduciendo así su incidencia.

Para ello debemos también:

  1. Evitar la exposición solar, sobre todo entre las 11:00 a.m. y las 4:00 p.m.
  2. Usar regularmente protector solar, deben de ser de buena calidad, de amplio espectro, es decir, que nos protejan contra UVB y UVA y con un factor de protección (SPF) mayor de 30.
  3. También se pueden usar paraguas, sombrillas, lentes protectores y sombreros, sobre todo en los hombres que no tienen cabello ni ropa que actúe como protectora. Si estamos en lugares abiertos hay que buscar las sombras, los árboles, lugares techados y toldos. Es importante recordar que las superficies que nos rodean también reflejan la radiación solar duplicando muchas veces la cantidad de sol que recibimos.
  4. Alimentación adecuada. Que incluya vegetales ricos en antioxidantes como polifenoles, fitoestrógenos y betacarotenos, presentes en muchas frutas y verduras que nos ayudan a la reparación del ADN.
  5. Hoy en día existen fotoprotectores orales que no sustituyen a los protectores tópicos pero que contribuyen a proteger nuestra piel de los rayos del sol.
  6. Evitar las cámaras de bronceado, ya que son fuente de radiación ultravioleta A.

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